domingo, 22 de dezembro de 2013

Solstício de Inverno

Sábado, 21 de Dezembro de 2013

Vou deixar aqui o excerto de um texto e uma interpretação do significado desta época, em que as noites são mais compridas e em que se festeja o nascimento da luz, permitido apenas pela existência da escuridão. É isto o Natal. "E este é um segredo antiquíssimo: a luz não a encontramos na claridade, mas nas trevas, no ponto mais escuro". E está dito.

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Si seguimos el recorrido del Sol entre el punto de inicio del otoño y el del invierno, presenciamos el acortamiento del día y el alargamiento de la noche. Esto quiere decir que las fuerzas de la luz, las fuerzas del día, se retiran paulatinamente: el día se acorta y la noche se prolonga.
Si observamos el aspecto mitológico, vemos las relaciones visibles cambiantes, en las cuales las fuerzas de la luz van desapareciendo doblegadas por la oscuridad, que comienza a dominar y abarcar más espacio. El día se va retirando.
Cuando celebramos la Navidad, el Sol se encuentra a 0 grados Capricornio, en el punto del solsticio de invierno, cuando las noches se han hecho más largas y los días más cortos. Este es el momento en que el Sol se encuentra más alejado de la tierra en todo su recorrido anual.
Y en esta máxima oscuridad, en esta noche nace la luz. Nace, literalmente, de modo natural. Hasta ese punto la noche venía siendo perseguida, devorada. En el equinoccio cambia la situación: en el momento en que las fuerzas de la oscuridad parecen haber vencido empieza el triunfo de la luz. A partir de este punto comienzan a aumentar de nuevo las fuerzas de la luz, con lo cual los días se alargan y al aminorar las fuerzas de la oscuridad, mengua la noche, quedando en equilibrio la duración de día y noche.
Los hombres de culturas antiguas mantuvieron un contacto más estrecho con las fuerzas de la naturaleza. Festejaban de manera especial los cambios de las estaciones. Para estas culturas tenía especial significado el punto en el que, en medio de la mayor oscuridad exterior, nacía la luz y comenzaba su curso victorioso sobre las fuerzas de las tinieblas.
La Nochebuena, la noche de navidad fue celebrada desde siempre como una noche de consagración. 

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Aquí tenemos un símbolo muy importante: resaltar la máxima oscuridad como el punto en el que nace la luz. Se trata de una referencia a la antigua polaridad de la luz del Sol en la oscuridad que figura en el prólogo del Evangelio de San Juán:
Y la luz en las tinieblas brilla.
A esto siempre se refieren los alquimistas como esencial: la verdadera quinta-esencia solo se halla en el ámbito en el que los hombres no están dispuestos a mirar porque les parece demasiado sucio y oscuro. Allí donde los hombres no van, a donde no se quieren acercar ni quieren hallar, allí se encuentra lo esencial, lo que busca la alquimia, el real portador de la luz. Este es un secreto antiquísimo; la luz no la encontramos en la claridad sino en las tinieblas, en el punto más oscuro. Esta es la razón por la cual siempre se relaciona esta temporada del año con las ideas y representaciones mitológicas.

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Bajo este punto de vista, la Navidad se convierte en un rito: el renacer en el espíritu del nacimiento de la Luz y de Dios en nosotros. Esencialmente, solo aquí puede realizarce la Navidad. Pero el nacimiento de la Luz en el hombre se puede efectuar también unicamente cuando afuera hay oscuridad, es decir, cuando el hombre se aleja del mundo exterior. 

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Visto psíquicamente, podemos decir que sólo cuando el hombre está dispuesto a bajar a la máxima profundidad de su alma, cuando está dispuesto a soportar el horror de su propia sombra, cuando se decide a mirarla, recorrerla, mirar su propia negrura, sus tinieblas, sólo entonces podrá experimentar en ellas el nacimiento de la luz:
Y la luz en las tinieblas brilla.

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